Catéter doble J y nefrostomía percutánea
Catéter doble J (CDJ)
Un catéter doble jota es un catéter de derivación urinaria consistente en un tubo flexible de pequeño calibre multiperforado e incurvado en ambos extremos, que se sitúa desde el riñón a la vejiga, sin llevar el paciente ningún dispositivo externo.
Se coloca a través de la uretra, sin necesidad de incisiones.
Su función es facilitar la salida de la orina de la vía urinaria obstruida por algún motivo: litiasis, tumor, compresión extrínseca, estenosis, inflamación, lesión ureteral… y así, preservar la función renal, aliviar el dolor o tratar la infección.
Los CDJ tienen una vida media en torno a 6 meses. El tiempo de permanencia, será determinado por su urólogo, según la patología de base que haya obligado a su inserción.
Síntomas del CDJ
Se consideran síntomas normales propios del catéter doble J:
- Dolor abdominal o en la zona de la vejiga
- Aumento del número de micciones (Polaquiuria)
- Escozor al orinar (Disuria)
- Urgencia en la micción
- Deseo continuo de orinar (Tenesmo vesical)
- Pérdidas de orina (Incontinencia)
- Necesidad de levantarse por la noche a orinar (Nicturia)
- Sangre en la orina (Hematuria)
- Dolor al final de la micción
No son síntomas normales:
- Dolor intenso
- Fiebre
Nefrostomía percutánea
Una nefrostomía percutánea (NPC) es un catéter de derivación urinaria consistente en un tubo flexible de pequeño calibre multiperforado que se coloca directamente desde la piel al riñón, en la región lumbar, para permitir la salida de orina al exterior.
Su función es similar a la del CDJ, estando indicado principalmente cuando la compresión es extrínseca (fuera de la vía urinaria) (patología oncológica o fibrosis retroperitoneal) o cuando no ha sido posible la colocación de un CDJ.