Controlar todos los factores de riesgo, más clave que nunca para evitar la aparición y avance de las enfermedades cardiovasculares
Los expertos del Hospital Universitario Infanta Elena recuerdan en un encuentro virtual celebrado el Día Mundial del Corazón que, incluso con la llegada de la Covid-19, estas patologías siguen siendo la primera causa de muerte en el mundo
- La hipertensión arterial, la diabetes, la hipercolesterolemia y el tabaquismo son los cuatro factores de riesgo cardiovascular tradicionales, cuyo control es fundamental para prevenir estas patologías. Además, el sedentarismo o la obesidad son otras de las muchas causas que generan o contribuyen a desarrollar y/o a agravar esta enfermedad, a las que han venido a sumarse también la contaminación y el estrés
Incluso en las primeras y más duras semanas de la pandemia generada, hace ya año y medio, por la llegada de la Covid-19, las enfermedades cardiovasculares siguieron liderando el triste ranking de causas de muerte en el mundo, por delante de las derivadas del coronavirus. De hecho, lamentablemente, la crisis sanitaria vino a empeorar la situación, ya que muchas personas afectas por estas patologías retrasaron, por miedo, la visita a su especialista, incrementando así el riesgo de desarrollar complicaciones derivadas de las mismas, y de verlas aún más agravadas en caso de contagio.
Por este motivo, el Hospital Universitario Infanta Elena, integrado en la red sanitaria pública madrileña, ha hecho un nuevo esfuerzo informativo sobre las enfermedades cardiovasculares, sus consecuencias y sus factores de riesgo, insistiendo en un mensaje ya conocido, pero no por ello, menos importante: la necesidad de controlar estos últimos para prevenir la aparición y/o desarrollo de estas patologías.
Lo hizo en una nueva edición de su ya clásica jornada informativa por el Día Mundial del Corazón, que celebró el pasado miércoles en formato online, con la participación, como siempre, de los mejores profesionales de su cuadro médico en todos los ámbitos implicados en el abordaje de estas enfermedades.
Factores de riesgo tradicionales y de reciente incorporación
La hipertensión arterial, la diabetes y la hipercolesterolemia siguen siendo los principales factores de riesgo cardiovascular, junto al tabaco, de cuyos efectos devastadores en este ámbito -por ejemplo, duplica el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y afecta, además de al corazón, al resto del sistema circulatorio, y de otros sistemas del organismo-, habló la Dra. Mercedes García Salmones, jefa del Servicio de Neumología del hospital de Valdemoro.
A estos, apuntó la Dra. Petra Sanz, jefa del Servicio de Cardiología del Infanta Elena, se ha añadido también, ya de forma incontestable, la contaminación ambiental por sus consecuencias en la aparición y desarrollo de estas patologías -y de otras-, y en el aumento de la mortalidad como consecuencia de ello, motivo por el cual abogó por intensificar las acciones, en todos los ámbitos y por parte de todos los actores implicados, para reducir este factor de riesgo.
Igualmente, el estrés se ha consolidado como uno de los principales desencadenantes y agravantes de estas patologías, tal y como señaló el Dr. Sergio Benavente, del Servicio de Psiquiatría del centro, recordando que puede llegar a multiplicar por 2,66 la probabilidad de desarrollarlas. Todos estos elementos son, por tanto, elementos cuyo control resulta fundamental para prevenir las enfermedades cardiovasculares, insistieron los especialistas.
También es fundamental realizar actividad física de forma habitual, combinando ejercicio aeróbico y de fuerza, así como seguir una dieta sana, equilibrada y variada para evitar el sedentarismo y la obesidad, factores de riesgo importantísimos de las enfermedades cardiovasculares, además de reductores de la esperanza de vida, afirmaron por su parte Soledad Cercadillo y Alberto Martínez, de los servicios de Rehabilitación y de Endocrinología y Nutrición del hospital valdemoreño, respectivamente.
Por su parte, el Dr. Koldo Villelabeitia, jefe del Servicio de Rehabilitación del Infanta Elena, subrayó igualmente la importancia del ejercicio físico como tratamiento y prevención secundaria de posibles complicaciones, secuelas y desarrollo de la enfermedad en los programas de rehabilitación cardiovascular tras haber sufrido un evento cardiaco.
Otras pautas adicionales, como tomarse la tensión regularmente y realizarse de forma periódica análisis de sangre que permitan controlar los niveles de colesterol o azúcar, así como acudir al especialista ante la aparición de cualquier anomalía en la tensión arterial y, por supuesto, de molestias o dolor en el pecho, contribuyen igualmente a prevenir la aparición y desarrollo de las enfermedades cardiovasculares.