El Hospital Universitario Infanta Elena avanza en la consolidación de su experiencia en cirugía de varices por radiofrecuencia al realizar en 5 meses 35 intervenciones con esta técnica
Esta técnica elimina casi en su totalidad los inconvenientes y complicaciones asociados a la cirugía convencional, disminuyendo el dolor postoperatorio y el tiempo de recuperación del paciente
- Su uso amplía el abanico de pacientes que pueden ser tratados con seguridad, como pacientes con obesidad, anticoagulados o con comorbilidades importantes, en los que la cirugía convencional no está indicada
- El centro valdemoreño cuenta con profesionales especializado y con formación específica avalada por la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular
El Hospital Universitario Infanta Elena -hospital público de la Comunidad de Madrid-, está consolidando su experiencia en cirugía de varices por radiofrecuencia tan solo cinco meses después de haber empezado a ofrecer esta técnica gracias a los profesionales específicamente formados y al equipamiento técnico con los que cuenta, que han permitido realizar más de 35 intervenciones en régimen de cirugía mayor ambulatoria durante este periodo.
Esta técnica quirúrgica mínimamente invasiva para el tratamiento de las varices de miembros inferiores mediante radiofrecuencia se basa en la aplicación de energía electromagnética no ionizante para ocluir la fibrótica de la vena y su posterior desaparición por atrofia.
Desde el año 2000, diversos estudios han demostrado que la radiofrecuencia es un método seguro y efectivo para eliminar el reflujo de la vena safena y, por tanto, de las varices, y han concluido que este procedimiento iguala en eficacia a la cirugía convencional. "Esta práctica, que actualmente se realiza con anestesia general, pero que posiblemente pueda realizarse con anestesia local y sedación en algunos casos, elimina casi en su totalidad los inconvenientes y complicaciones asociados a la cirugía convencional, como hematomas, cicatrices, riesgo elevado de infección de herida inguinal o neovascularización inguinal, entre otros", destaca como beneficio adicional de esta técnica la Dra. María Teresa Rodríguez Bustabad, especialista del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del hospital valdemoreño.
Además, "su administración implica una baja laboral más corta, de 5 a 7 días, frente a los 20 de media que requiere la safenectomía convencional -continúa la especialista-; reduce el dolor postoperatorio, acelera la recuperación y disminuye el tiempo de estancia hospitalaria y la necesidad de visitas posteriores a Urgencias, lo que, en su conjunto, hacen que esta técnica mejore la calidad de vida de los pacientes".
Otra de las ventajas de su uso que destaca la Dra. Rodríguez es la ampliación del espectro de pacientes "que no eran candidatos a la cirugía convencional, como pacientes obesos anticoagulados o con comorbilidades importantes", que pueden beneficiarse ahora de esta técnica. En este sentido, añade que, "de cara a futuros avances, con el desarrollo de la técnica y los distintos tipos de fibra de radiofrecuencia, se pueden ampliar las indicaciones para los casos con insuficiencia de vena safena externa o accesoria".
Requisitos de la técnica
Para llevar a cabo este procedimiento asistido por ecografía doppler en toda su totalidad, el Hospital Universitario Infanta Elena cuenta con un equipo especializado en esta técnica, cuya formación está avalada por la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular. Además, tal y como indica la especialista, "es necesario realizar un estudio ecográfico preoperatorio a todos los pacientes e, intraoperatoriamente, un marcaje desde ingle hasta el tobillo de la vena safena interna y sus varices colaterales".
El procedimiento quirúrgico consiste en realizar una punción de la vena safena a la altura de la rodilla y cateterizarla. A continuación, se realiza una inyección de suero frío y/o anestésico local perivenoso en todo el trayecto de la vena safena interna. Con el extremo de la fibra ubicado a 2cm de la unión safeno-femoral, a la altura de la ingle, se inicia la emisión de energía aplicando además compresión externa.
Al finalizar el procedimiento se debe realizar control ecográfico del segmento tratado, así como de la correcta permeabilidad de la vena femoral común. "En todo este proceso es fundamental hacer una planificación de la estrategia óptima, un adecuado control de todos los pasos del procedimiento y un correcto seguimiento de los pacientes" añade la Dra. Rodriguez Bustabad.